Dios, Nuestro Refugio y Fortaleza


Salmo 46:1, 10 - “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, nuestra ayuda en momentos de angustia… Estén quietos, y reconozcan que yo soy Dios”

“Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza” nos habla de un Dios que no es distante o indiferente a nuestras luchas. En cambio, Él es un refugio seguro, una fuente de poder y protección. Nos recuerda que no estamos solos en nuestras batallas; tenemos un defensor y protector.


“nuestra ayuda en momentos de angustia” subraya que Dios está particularmente presente en los momentos más difíciles de nuestra vida. Cuando nos sentimos abrumados por las circunstancias, podemos acudir a Él para encontrar ayuda y consuelo.


“Estén quietos, y reconozcan que yo soy Dios” nos invita a pausar y reflexionar sobre quién es Dios en medio de nuestro caos. Esta quietud es esencial para recordar y experimentar la soberanía y el poder de Dios. Al estar quietos, podemos ver más claramente cómo Dios está obrando en nuestras vidas y en el mundo.

1. Buscar Refugio en Dios: En momentos de angustia, dirígete primero a Dios. Encuentra en Él un lugar de seguridad y fortaleza.

2. Reconocer la Soberanía de Dios: Recuerda que Dios tiene el control, incluso cuando la vida parece caótica. Declara su soberanía en tus oraciones y pensamientos.

3. Practicar la Quietud: Dedica tiempo cada día para estar en silencio delante de Dios. Este tiempo de quietud te ayudará a escuchar Su voz y fortalecer tu fe.


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