Asegurando la Vida Eterna
Juan 3:16 - "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna."
Este regalo de vida eterna no se basa en nuestras acciones, logros o méritos, sino en la gracia y misericordia de Dios. Es un recordatorio constante de que somos amados profundamente y que, a través de la fe en Jesús, podemos tener la seguridad de un futuro eterno junto a nuestro Creador.
En medio de los desafíos y pruebas que enfrentamos en nuestra vida diaria, es fácil perder de vista esta promesa. Sin embargo, cuando meditamos en Juan 3:16, recordamos que no estamos solos y que nuestra esperanza trasciende este mundo temporal. Dios ha asegurado nuestra vida eterna a través del sacrificio de su Hijo, y esa es una verdad en la que podemos descansar y confiar plenamente.
Vivir con gratitud y propósito, sabiendo que nuestras acciones y decisiones en esta vida tienen un impacto eterno. A medida que buscamos profundizar nuestra relación con Dios, podemos encontrar consuelo en su amor inquebrantable y tener la certeza de que la vida eterna es nuestro destino final.
Bendiciones
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